miércoles, 31 de diciembre de 2008

Vida



Ayer quise ser
halcón con alas de pétalos marchitos
y elevarme por encima de los recuerdos,
de las imágenes que el tiempo
se afanó en ocultar en mi mente,
de las palabras que el pasado
silenció en mi memoria.
Ayer quise ser
Albacea tardío de mi existencia,
trasnochado notario del arítmico, torrencial
e irrefrenable fluir del pensamiento
que alberga polizones,
rosas de plumas negras
que guardan el aroma de la vida.
Ayer quise ser
lacerante lágrima en la mejilla,
latido desbocado de la sinrazón,
torpe amante de medialuna ladeada,
de calmoso cielo en la mirada,
abrazado por una arcana falacia
disfrazada de inquebrantable amistad
de cabello revuelto en imágenes reveladas.
Ayer quise ser
presente que nunca avanza
atrapado en la magia de unos años
en los que el futuro nunca nacería
Ayer quise ser yo,
y hoy no sé si quiero saber
qué será de mí mañana.

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